Soy una mamá que trabaja ¿en qué le afecta a mis hijos?

Convertirse en mamá trae consigo una cantidad de cambios que le dan a tu vida un giro de 360°, de eso no hay duda. Sin embargo, ser una mamá que trabaja, nos lleva a muchas mujeres a tomar decisiones complicadas en relación a nuestra carrera profesional ¿te ha pasado?.

Podemos asegurarte que no es una percepción tuya. Incluso, ONU Mujeres asegura que en comparación con los hombres, el sexo femenino gana un 16% menos en lo que a sueldos se refiere. Porcentaje que suele aumentar cuando el número de hijos es mayor. Este es solo uno de los factores que inciden en la toma de decisiones de las madres que necesitan y quieren volver a trabajar.

Aunado a esto, se encuentran otros factores de carácter personal que hacen de esta diatriba un reto aún más grande. Por ejemplo, el sentirse culpables por tener que dejar a sus hijos durante unas horas, el no contar con un apoyo que te brinde la confianza suficiente como para dejarle a tus hijos, el miedo a pedir permisos por enfermedad de los niños o por cualquier acción que requiera nuestra presencia. Y por supuesto, el tener que perdernos momentos importantes del crecimiento de nuestros pequeños por cumplir con la responsabilidad laboral.

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Es por eso que nos preguntamos ¿por qué la vida personal y profesional de la mujer que es madre están tan distanciadas entre sí?

¿Existen beneficios para los hijos de la mamá que trabaja?

La buena noticia es que sí y aquí te listamos los resultados de un estudio realizado por la Escuela de Negocios de Harvard, en el que participaron más de cien mil hombres y mujeres de 29 países del mundo:

  • Las hijas de las mamás trabajadoras suelen tener mayor éxito profesionalmente cuando se convierten en adultas, llegando a ocupar cargos gerenciales de gran relevancia para las empresas.
  • En el caso de los varones, estos crecen con un nivel más alto del sentido de la familia, se comprometen más con el hogar y tienen conceptos mucho más equilibrados sobre los roles de género.
  • Para las mamás, se reafirman como referentes y modelos a seguir para sus hijos. Pues al demostrar que equilibrar la vida profesional y personal es posible, los inspiran a seguir un camino retador, lleno de compromiso, pero con una excelente recompensa.

Y si casualmente estás buscando una razón más para apoyar a la mamá que trabaja, te contamos que según un estudio del Banco Mundial, si las empresas incorporaran en mayor cantidad a las mujeres que son madres, el ingreso de las mismas se incrementaría en un 22%.

Ser madres nos cambia la vida, sí, pero no nos limita en los aportes que podemos brindar a las empresas que nos contratan y sobre todo a las que verdaderamente están sensibilizadas.